El mundo del esquí es todavía una constante evolución, y el sector del material no es una excepción.
Sin embargo, las marcas más tradicionales se han reunido proponiéndose dejar de intentar innovar con ideas estúpidas.
Tras muchos atrevimientos como las botas de entrada posterior sin ganchos, los brazos-palanca en los esquís, los esquís asimétricos, las “uñas” en la espátula, sistemas anti-vibraciones, fijaciones con muelles que había que agacharse para ponérselas, esquís de alta gama cutremente inyectados, bastones con correas “rígidas” o que se sueltan presionando un “botoncito”, y un largo etc., las marcas han dicho basta.
¿Para qué gastar en innovaciones chorra cuando podemos llevarnos esa pasta al bolsillo directamente?
Las cosas ya funcionan como están. Lo que hay que intentar es que la gente tenga mono de esquiar por algún motivo, pero no con estas gilip….eces.
¡¡ INOCENTE !!
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