Textos: Robert Puente 
Decir que el esquí es caro, es ya un comentario más tradicional que otra cosa, ya que en la actualidad, pocos son los deportes baratos que hay ante tanta diversidad existente, y todo depende de si vamos un sólo día a esquiar, o lo practicamos de manera continuada.
Algo habitual, es recibir prestado el material que alguien nos pueda prestar.
Esto lo hacemos continuamente en el caso de los niños. Sin embargo, esta acción, en dicho caso concreto, se vuelve especialmente en contra de su objetivo de progresar y disfrutar con seguridad.
El que alguien lleve material de otra talla, hace que esquíe con un mayor riesgo, ya que la eficiencia de su esquí se reduce drásticamente.
No hay más que imaginar el ir a correr con unas zapatillas tan sólo un par de números menor o mayor al que correspondería. 
En el caso del esquí, donde la transmisión de cada uno de nuestros movimientos a las tablas se hace especialmente importante, utilizar la talla de esquís y el número de botas adecuado, se hace especialmente relevante. Y es una necesidad que algunos esquiadores suelen dejar pasar desapercibido para evitar alquilar o comprar material.
Todo ello, es evidente que aumenta las posibilidades de lesión, además de la incomodidad de quien lo sufre.
Conclusión: Como norma general, será más importante llevar material de nuestra talla, que disponer de uno de calidad superior con talla inadecuada.
Dibujo extraído del libro «El Esquí» de Robert Puente
